Psicoterapia individual
La psicoterapia consiste en un tratamiento psicológico orientado a resolver diferentes tipos de problemas, tanto si se manifiestan de manera puntual como repetitiva, relacionados con cualquier aspecto que afecte a la persona o sus relaciones. Las dificultades pueden manifestarse en forma de: depresión, ansiedad, obsesiones, confusión, falta de autoestima, somatizaciones, estrés, insomnio, problemas de relación con los demás, fobias, adicciones, inseguridades, traumas, problemas laborales o de pareja, bajo rendimiento, etc.
Supone un proceso de autoconocimiento en el cual la persona va aprendiendo a enfocar de manera más funcional las dificultades, va descubriendo nuevos recursos en sí mismo y aprende a utilizarlos de manera sana.
Del mismo modo, aparte de las personas que sufren los problemas mencionados, también pueden consultar a un psicólogo las personas que se quieren conocer mejor, aumentar las capacidades psicológicas o recibir algún tipo de orientación o estudio de su personalidad (psicodiagnóstico).
Supone un tiempo variable, en el que la persona que recibe el tratamiento y el terapeuta establecen un vínculo y unos acuerdos. Normalmente supone una visita semanal de 50 minutos durante el tiempo que dura el proceso. En algunos casos se incluye la terapia de grupo como apoyo o alguna técnica específica con otro profesional.
Cuando el proceso terapéutico se dirige a un niño o niña se requiere de la participación de los padres y eventualmente del sistema escolar. A medida que el niño crece, la participación de los padres se puede ir reduciendo. Se utiliza el juego y recursos expresivos (el dibujo, la narrativa…) para lograr una óptima comunicación entre el niño y el psicoterapeuta. En la psicoterapia infantil, es necesario realizar una evaluación al inicio del tratamiento con el fin de clarificar cuáles son las dificultades, cuáles serán los objetivos y cómo se irán consiguiendo.
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